La idea comenzó cuando Gary Monroy, el maestro tallador más apreciado de Malinalco, se reunió con Ellen Calmus, coordinadora de Proyecto El Rincón, y dos párrocos de Malinalco que comparten nuestra preocupación por el creciente número de jóvenes que salen de Malinalco buscando trabajo en Estados Unidos, debido al deterioro en la economía agrícola local. Nos preguntamos si podríamos desarrollar un nuevo mercado para vender los productos finos de tallado de madera que se hacen en Malinalco; un mercado donde pudiera venderse este bello trabajo a un precio justo, de manera que nuestros talladores pudieran comenzar a ganar un mejor medio de vida. Y, ¿si pudiéramos capacitar a nuestros jóvenes talentosos para que realizaran este trabajo, podríamos crear fuentes de empleo para nuestra gente joven, ofreciéndoles una alternativa viable, en lugar de tener que dejar su hogar para ir en busca de un salario digno? La idea de que Malinalco encontrara una forma de exportar sus productos en lugar de su gente joven fue muy emocionante, pero para iniciar necesitábamos financiamiento.

Luego, el milagro sucedió: una lectora de un artículo publicado en un diario de habla inglesa en el que se mencionaba a los niños de Malinalco cuyos padres habían emigrado a Estados Unidos, se comunicó con Proyecto El Rincón preguntando si había alguna forma en que podía ayudar a estos niños. Le platicamos nuestra idea y se emocionó tanto como nosotros -- ¡y decidió financiar nuestro sueño de ofrecer un taller durante el verano para desarrollar nuestros productos, capacitar talladores aprendices para producir los trabajos y trabajar en la comercialización de los resultados!

Una secundaria técnica ofreció el espacio. Gary logró un diseño maravilloso e invitó a otros tres maestros talladores para ayudarlo a capacitar los talladores aprendices. El equipo administrativo de Proyecto El Rincón aportó apoyo logístico y nuestra coordinadora de enseñanza trabajó con los talladores para analizar el proceso exacto que implicaba crear las tallas y cómo separar el aprendizaje en pasos sencillos, con el fin de que los conocimientos que normalmente requieren varios meses pudieran ser enseñados en cuestión de semanas. Después seleccionamos siete jóvenes para que se unieran al equipo como aprendices de tallador, entre ellos Alexis Silva (de 16 años de edad) cuyos problemas ocasionados por la partida de sus dos padres a Estados Unidos, narrados en el diario de habla inglesa, motivaron en nuestra lectora el deseo de ayudar. A Alexis se le asignó una beca especial que cubre ayuda emocional y otros apoyos que consideramos ayudarían a que obtenga los múltiples beneficios que podría traer consigo esta experiencia, incluido levantar su estima personal y desarrollar las destrezas de trabajo que esperamos le ayuden a mejorar en la escuela.

Nuestro taller del Águila del Migrante de Malinalco tuvo un éxito rotundo, una experiencia excelente

Alexis Silva aprende el arte laborioso de lijar

para cuantos participaron. Todos terminamos el taller con la mayor de las motivaciones posibles para seguir con el proyecto, gracias al descubrimiento de lo que puede lograrse con la combinación de un poco de inspiración, un poco de asesoría, una selección de talento lugareño y apoyo económico adecuado para poder ofrecer el apoyo requerido y echar a andar los métodos de desarrollo educativo de Proyecto El Rincón . . .

. . . y, mejor aún, este taller trajo consiguió algo muy esperanzador para Malinalco. Aún nos queda descubrir lo que depara el futuro, pero creemos que nuestro nuevo proyecto tiene buenas posibilidades de convertirse en un motor de cambio para nuestra comunidad, ofreciendo opciones económicas para nuestra gente joven e, incluso, esperamos una forma de proveer fuentes de empleo, de tal manera que nuestros migrantes que deseen regresar tengan un medio para ganarse un salario digno viviendo con sus familias en sus hogares.

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